Toluca, Estado de México; 14 de marzo de 2021.- Se estima que los seres humanos desechan 3 millones de cubrebocas por cada minuto del día aproximadamente. Lo que equivale a que cada mes se acumulen hasta 128 mil millones de mascarillas en el mundo. Los investigadores consideran imprescindible abordar esta problemática que podría ser la próxima amenaza potencial para el medio ambiente.
De acuerdo con el toxicólogo Elvis Genbo Xu, de la Universidad del Sur de Dinamarca, la mayoría de estos artículos, pensados para la protección personal de las personas frente a una infección o como material médico obligatorio para el personal sanitario, están fabricados a base de microfibras de plástico, uno de los contaminantes más letales frente a la lucha contra el cambio climático.
Muchos cubrebocas, al ser tirados, no son considerados como desechos plásticos y, por lo tanto, ahora es extremadamente importante que abordemos la importante amenaza que pueden representar para el medio ambiente. Este no debe ser el próximo problema plástico”, declaró el investigador, junto con su colega Zhiyong Jason Ren, de la Universidad de Princeton.
De acuerdo con la investigación, publicada en “Frontiers of Environmental Science & Engineering”, los cubrebocas son productos de plástico que no son biodegradables, y que despiden fragmentos de plástico que en algún momento se convierten en los denominados microplásticos, que miden cerca de cinco milímetros y que se esparcen a través de los ecosistemas.
Estos microplásticos pueden ser absorbidos por animales, plantas y humanos.
Cuando se desmoronan en la naturaleza, una mascarilla puede liberar más microplásticos que una bolsa de plástico, y puede suceder más rápido”, alertaron los especialistas.
La producción de mascarillas ha alcanzado una cantidad equivalente a la fabricación de botellas de plástico, con una manufactura estimada entre los 43 mil millones mensuales, aproximadamente.
Los especialistas advirtieron que, si bien existen programas de recolección de botellas para ser reutilizadas, sólo una cuarta parte de ellas son recicladas, por lo que, en la actualidad, no existe ninguna actividad ejemplar sobre cómo contrarrestar el desecho de cubrebocas, al finalizar su vida útil.
Genbo Xu y Jason Ren declararon que el desecho de mascarillas, en este momento resulta “más preocupante que las bolsas de plástico”.
Además, los investigadores temen que las “nanomáscaras”, un tipo de cubrebocas de nueva generación que están por ser comercializadas, por las pequeñas fibras plásticas con las que han sido diseñadas, “pueden convertirse en la próxima fuente de contaminación nanoplástica”.
De hecho, estos no son los únicos compuestos dañinos con los que son fabricadas las mascarillas, pues otras sustancias químicas y biológicas como el bisfenol A, metales pesados y microorganismos portadores de enfermedades, ponen en peligro la salud pública mundial.
Sin embargo, reconocieron que no conocen los efectos directos que estas producen al medio ambiente, ya que no existen estudios científicos al respecto.
Pero sabemos que los fragmentos de plástico en la naturaleza pueden contener sustancias que son transferidas a las plantas, animales y humanos que más tarde, ingieren micro y nanoplásticos, aseguró Genbo Xu.
Con información de (AMX Noticias)